RESUMEN DE LA
LECTURA: TEORÍA DE SISTEMAS Y COMPLEJIDAD
En el presente texto, el autor,
KURT A. RICHARDSON, tiene por objetivo escribir una serie de artículos para incentivar un grado de conciencia sobre las ideas generales de sistemas
que no son exhibidas en la literatura oficial de la complejidad. Su motivación
para hacerlo radica en hecho de haber observado que la gran mayoría de lo que
se ha escrito sobre Teoría de la Complejidad parece haber ignorado la vasta
literatura que existe sobre la Teoría de Sistemas. Así, en cada entrega va a explorar algunas de
las leyes y principios generales de la Teoría de Sistemas en términos de la
ciencia de la complejidad. Cuando esta tarea haya sido completada – Agrega Richardson
-, podremos comenzar a desarrollar un claro entendimiento sobre las profundas
conexiones que hay entre la Teoría de Sistemas y la Teoría de la Complejidad y,
finalmente, hacer un esfuerzo concertado para construir más puentes ente las
dos comunidades que, en realidad, se complementan, a pesar de la creencia
generalizada acerca de las supuestas marcadas diferencias entre ambas (que,
actualmente, ni son tan marcadas ni tan numerosas como se creería).
¿OMISIÓN DELIBERADA O COMO RESULTADO DE LA IGNORANCIA?
Como mencionamos anteriormente, la
motivación para escribir este informe por partes se debe al hecho de haber
observado que la gran mayoría de lo que se ha escrito sobre la Teoría de la
Complejidad parece haber ignorado arbitrariamente la vasta literatura que
existe sobre Teoría de Sistemas. Ante esto, el autor sostiene que, en un
principio, no estaba seguro si esta omisión había sido deliberada o simplemente
había surgido como resultado de la ignorancia.
¿Por qué habría de tildarse de
deliberada? Por cuestiones puramente estratégicas, motivadas por la necesidad
política de diferenciar y promover un conjunto de temas específicos antes que
otros; una situación que ha sido, desafortunadamente, manejada por un proceso
de financiación reduccionista.
Por otro lado, se podría darle el
beneficio de la duda y ver la situación desde un punto de vista menos
maquiavélico. Al igual que Phelan (1999), cuando admitió que él estaba “un tanto sorprendido como desconcertado por
haber encontrado tan extensa literatura (haciendo referencia a la teoría de
sistemas) virtualmente desconocida en la
literatura de la complejidad,” el autor toma un posición más ingenua y
decide tratar de asumir lo mejor de la comunidad de la complejidad y sugerir
que la razón por la cual la Teoría de Sistemas ha sido olvidada es la ignorancia;
y espera que este, y subsiguientes, artículos familiaricen al pensador complejo
con algunos aspectos de la Teoría de Sistemas, lo suficiente como para demostrar
la necesidad legitima de prestar más atención a esta comunidad en particular y
a la literatura asociada, para forjar una relación más abierta y colaborativa
entre los teóricos de sistemas y de la complejidad.
¿REALMENTE SON TAN DIFERENTES?
El autor sostiene que, sin duda
alguna, existen diferencias entre las dos comunidades, algunas de las cuales
han sido ya analizadas por Phelan (1999). Sin embargo, en la actualidad no son
ni tantas ni tan marcadas las diferencias entre ambas comunidades. Seis años
después del artículo de Phelan, el autor encontró que algunas de las
diferencias que Phelan propuso se habrían disuelto en algo, si no enteramente.
Por ejemplo, Phelan propuso que la
Teoría de Sistemas estaba más preocupada por “la solución del problema” o el
análisis confirmatorio y que tenía una crítica inclinación interpretativa hacia
ésta, mientras que la Teoría de la Complejidad se enfocaba en lo exploratorio y
en lo positivista. Sin embargo, considerando la difusión que ha tenido en la
literatura científica sobre administración el tema relacionado con la
complejidad en la gestión organizacional, el autor se atreve a argumentar que
la comunidad de la complejidad como un todo está más inclinada hacia un
análisis confirmatorio que lo que pudo haber estado en 1999.
¿A qué se debe este, entonces,
este cambio? El autor cree que parte de la valoración que hace Phelan sobre
Teoría de la Complejidad diciendo que es positivista viene dado por su
caracterización de la complejidad como una preocupación por el modelado basado
en agentes. De nuevo, esto pudo haber sido cierto en 1999, pero el cree que esta
valoración es un poco forzada para el 2005. Veamos por ejemplo a Cilliers
(1998) y Richardson (2004) con puntos de vista sobre la complejidad que
exploran los límites de un enfoque que sólo tiene en cuenta la mirada
positivista de la complejidad. También, haciendo referencia a la introducción
que hace Goldstein en “Why complexity and
epistemology?” nos brinda razones para justificar por qué una
caracterización puramente positivista de la teoría de la complejidad ya no es
apropiada. Es cierto que todavía es válido sugerir que hay diferencias
filosóficas y metodológicas entre los que apoyan las Teorías de Sistemas y de
la Complejidad, sin embargo, si uno tiene una mirada lo suficientemente crítica,
existe suficiente diversidad entre estas 2 corrientes para limitarse a la
caracterización simplista que se hizo en primer lugar.
ENTONCES, ¿HABRÁN SIMILITUDES SIGNIFICATIVAS?
Evidentemente, aún quedan algunas
diferencias entre la Teoría de Sistemas y la Teoría de la Complejidad, pero tampoco
se puede desconocer el hecho de la existencia de muchas otras similitudes.
Por ejemplo, la mayoría, si no
todas, las leyes o principios de la teoría son válidos para sistemas complejos.
Dada la aparente falta de comunicación entre los teóricos de la complejidad y
de sistemas esta serie de artículos se centrará en los solapamientos o
características transversales a ambos.
Los primeros artículos, como es el
caso del presente texto, van a revisar algunos principios generales de sistemas
en términos de la complejidad. La fuente de las leyes y principios de la teoría
general de sistemas fueron tomados únicamente de General Systems Theory: Ideas and Applications, de Skyttner
(Skyttner, 2001). Veamos, a continuación, las ideas centrales que se plantean
en el texto alrededor de estas leyes o principios comunes a ambas teorías.
LA SEGUNDA LEY DE TERMODINAMICA
La Segunda Ley de Termodinámica es
probablemente una de las leyes científica más importante en los tiempos
modernos. La 2da ley fue formulada después de que los ingenieros del
siglo XIX se dieron cuenta que el calor no podía pasar de un cuerpo más frio a
otro más caliente por sí sólo. Dicha de forma simple la 2da ley dice
que en cualquier sistema cerrado la cantidad de orden nunca puede incrementar,
sólo decrementar con el tiempo. Otra forma de decirlo es que la entropía
siempre incrementa. La razón por la cual esta ley es importante para ser
discutida en términos de la Teoría de la Complejidad, es porque sugiere que la
vida misma contradice esta ley. En términos más familiares –para los
complexologistas, por lo menos- el
fenómeno de auto-organización, en el que el orden supuestamente aparece del
desorden, contradice la 2da Ley completamente.
Hay varias razones por la cuales
esta afirmación es incorrecta. Primero, la 2da ley es aplica en
sistemas cerrados y casi todos los sistemas de interés de los pensadores
complejos son abiertos; entonces, ¿Por qué esperamos que la 2da Ley
se evidencie en este caso? Qué tal si consideramos el único sistema cerrado que
conocemos: El universo. Así sea verdad
que la entropía del universo siempre incrementa, esto no niega la posibilidad
que la entropía local decremente. De hecho, la 2da ley es una ley
estadística. Esto quiere decir que debería ser realmente leído que en promedio, o en el todo, la entropía de
los sistemas cerrados siempre va a incrementar. La medida del desorden, o
entropía, es una medida macroscópica y así mismo lo es el promedio sobre todo
el sistema. Como tal se pueden localizar regiones dentro del sistema mismo en
las cuales el orden se crea, o la entropía decrece, incluso cuando el promedio
general crece. Otra forma de decir esto es que las leyes de nivel micro pueden
contradecir a las de nivel macro y no necesariamente invalidar estas últimas.
A pesar de las deficiencias de
aplicar la 2da Ley a sistemas complejos, hay situaciones en las
cuales sigue siendo perfectamente válido. Subdominios, o subsistemas, pueden
surgir localmente dentro de sistemas complejos que son tan estables que, por un
periodo, se comportan como si estuvieran cerrados. Estos dominios están
críticamente organizados, y como tal que podría evolucionar cualitativamente
con bastante rapidez. Sin embargo, durante los periodos estables es muy posible
que la 2da Ley sea válida, incluso si es sólo temporalmente y
localmente.
LA LEY COMPLEMENTARIA
La Ley Complementaria (Weinberg,
1975) sugiere que dos o más perspectivas diferentes (o modelos) sobre un
sistema van a revelar verdades con respecto a ese sistema que o no son
enteramente independientes o enteramente compatibles. Es decir, que para los
sistemas complejos puede existir una infinidad de descripciones igualmente
validas, que no se solapan, y pueden ser potencialmente contradictorias. Esto
es lo que se evidencia en la ley previamente expuesta, en la cual leyes de
nivel micro pueden contradecir a las de nivel macro y no necesariamente
invalidar estas últimas.
Maxwell (2000) en su análisis
sobre una nueva concepción de la ciencia afirma que: “Cualquier teoría científica, por más bien que haya sido verificada
empíricamente, siempre tendrá infinitamente muchas teorías rivales que se
acomodan igual de bien a la evidencia disponible sólo que hacen predicciones
diferentes, de forma arbitraria, sobre fenómenos aun no observados.” (Maxwell,
2000).
Lo que es interesante aquí es como
las mismas (o al menos muy similares) leyes o principios han sido encontrados a
pesar de las diferentes rutas que se han tomado – un proceso que los teóricos
de sistemas llaman “equifinalidad. Esto es cierto para muchas de las leyes de
sistemas que se discutirán más adelante.
PRINCIPIO DE SISTEMA HOLISTICO
El principio de sistema holístico
es probablemente el más conocido principio en ambas disciplinas, y es
posiblemente es único extensamente conocido por los de “afuera”. Éste tiene sus
raíces en el tiempo de Aristóteles y declarado de forma simple dice que “el
todo supera la suma de sus partes”. Más formalmente: “un sistema tiene
propiedades holísticas no manifestadas por ninguna de sus partes y sus
interacciones. Las partes tienen propiedades no manifestadas por el sistema
como un todo” (Skyttner, 2001: 92). Este es uno de los aspectos más
interesantes de los sistemas complejos: el comportamiento del nivel micro puede
liderar el comportamiento del nivel macro que no puede ser fácilmente (si no es
del todo) derivado del nivel micro del cual surge.
Sin embargo, la frase: “el todo es
mejor que la suma de sus partes” puede llegar a ser problemática. Para empezar
con el uso del término “mayor que” se entiende que hay una medida común para
comparar el todo y sus partes y que por esta medida el todo es mayor que la
suma de sus partes. El autor piensa que esto está mal. Una importante propiedad
del todo es que no puede ser reducida en sus partes y por tal razón requieren
un lenguaje diferente para ser analizados. Entonces, en este mismo sentido, los
todos y las partes que lo componen son inmedibles y por tanto no pueden ser
significativamente comparados. Lo ideal, para compararlos, sería encontrar una
medida en común (conmensurable) que se pueda aplicar. Lo que realmente
deberíamos decir es que “el todo es diferente de la suma de sus partes y de sus
interacciones”.
El problema de la conmensurabilidad
es interesante y surge cada vez en pensamiento complejo. Una forma de hacer lo
inconmensurable conmensurable es transformar los elementos inconmensurables de
tal forma que se permita su comparación. Siempre y cuando recordemos que son
los elementos transformados son los que están siendo comparados y no los
elementos como tal, pues de lo contrario las comparaciones pueden no ser
útiles.
PRINCIPIO DE OSCURIDAD
En el Pensamiento Complejo, el
Principio de Oscuridad es cubierto por el concepto de incomprensibilidad. El
Principio de Oscuridad dice que “ningún
sistema puede ser conocido por completo” (Skyttner, 2001: 93). Primero,
tenemos que el concepto de incomprensibilidad sugiere que la mejor
representación de un sistema complejo es el sistema mismo y que cualquier otra
representación que no sea el sistema mismo necesariamente no representa algunos
aspectos del sistema original.
Segundo, hay otra fuente de
“oscuridad” en la teoría de la complejidad tal como lo dice Cilliers (1998:
4-5): “Cada elemento en un sistema ignora
el comportamiento del sistema como un todo, éste solo responde a la información
que está disponible localmente. Este punto es vitalmente importante. Si cada
uno de los elementos “supiera” lo que le está pasando al sistema como un todo,
toda la complejidad puede ser presentada en ese elemento.”
Entonces, no hay manera de que un
elemento de un sistema complejo pueda conocerlo por completo – siempre vamos a
estar a la sombra del todo-. De hecho, como todos los sistemas complejos son sistemas
abiertos por definición, es casi imposible saber cómo el entorno del sistema
puede afectar al mismo.
PRINCIPIO 80-20
El principio 80-20 ha sido usado
en el pasado para justificar la eliminación de una gran parte de los recursos
de las organizaciones, principalmente su fuerza de trabajo. Según este
principio, en cualquier sistema complejo grande, el 80% de las salidas son
generadas por sólo el 20% del sistema.
En línea con este principio, el
autor expone los resultados sobre unos estudios en redes Booleanas, una forma
particular de sistemas complejos, han mostrado que no todos los miembros de la
red contribuyen al funcionamiento de la misma como un todo. Se ha descubierto
que la clave para la estabilidad de estas redes es la emergencia de los nodos estables, i.e., nodos cuyo estado
rápidamente se congela. Estos nodos, al igual que los otros llamados nodos hoja (nodos que no tiene como
entrada otros nodos), no contribuyen en nada al comportamiento asintótico (de
largo plazo) de la red. Esto significa que sólo una parte de los nodos
dinámicos influyen en el comportamiento de largo plazo de la red. De hecho
podríamos eliminar estos nodos estables/congelados (y los nodos hoja) de la
descripción de la red su funcionamiento, originándose 2 redes – Una con todos
los nodos y otra solo con los relevantes- funcionalmente equivalentes. Esto implicaría
que una gran parte de los nodos en promedio son irrelevantes. ¿En qué
contribuyen estos llamados nodos irrelevantes? ¿Podemos realmente quitarlos sin
ocasionar consecuencias perjudiciales? Un reciente estudio de Bilke y
Sjunnesson (2001) mostró que estos nodos supuestamente irrelevantes de hecho
tiene un rol importante.
Una de las características
importantes de las redes Booleanas es su estabilidad intrínseca, pero en redes
en las que todos los nodos congelados han sido removidos, y sólo se han dejado
los nodos relevantes, se encontró que eran muy inestables. Entonces parece que,
así muchos nodos no contribuyan al comportamiento particular de la red en el
largo plazo, estos nodos juegan un papel central cuando se tiene en cuenta la
estabilidad de la red. Así, cualquier equipo de administración que trate de
remover el 80% de su organización con la esperanza de obtener el 80% de sus
utilidades anuales, se dará cuenta que han creado un organización que no tiene
ninguna protección contra la más mínima de las perturbaciones del ambiente –
será literalmente imposible tener un negocio estable.
CONCLUSIONES
Es un tanto sorprendente como
desconcertado el hecho de haber encontrado tan extensa literatura acerca de la
Teoría de Sistemas que, por lo menos hasta entonces, no había sido reconocida
en la literatura de la complejidad. De hecho, la gran mayoría de lo que se
había escrito sobre la Teoría de la Complejidad parecía haber ignorado
arbitrariamente la vasta literatura que existe sobre Teoría de Sistemas. Y es
que a pesar de que podría existir la posibilidad de que tal desconocimiento
fuese algo deliberado (motivado por la necesidad política de diferenciar y
promover un conjunto de temas específicos antes que otros; una situación que ha
sido, desafortunadamente, manejada por un proceso de financiación
reduccionista), es preferible asumir que surge como un mero resultado de
ignorancia.
Y es que la creencia generalizada acerca
de unas diferencias tanto numerosas como marcadas entre ambas comunidades, en
la actualidad ha sido descartada. Sin duda alguna, existen diferencias entre
las dos comunidades. Sin embargo, en la actualidad, no son ni tantas ni tan
marcadas las diferencias entre ambas comunidades. De hecho, algunas de las
diferencias que se habían propuesto años atrás hoy en día se habrían disuelto
en algo, si no enteramente. Por ejemplo, Phelan (1999) propuso que la Teoría de
Sistemas estaba más preocupada por “la solución del problema” o el análisis
confirmatorio, mientras que la Teoría de la Complejidad se enfocaba en lo
exploratorio y en lo positivista. Sin embargo, son diversos los argumentos que
prueban que la comunidad de la complejidad está más inclinada hacia un análisis
confirmatorio que lo que pudo haber estado en 1999 y que se debe tener una
mirada lo suficientemente crítica para no limitarse a la caracterización
simplista que se hizo en primer lugar.
Por último, a pesar de que pueda
ser evidente el hecho de que aún quedan algunas diferencias entre la Teoría de
Sistemas y la Teoría de Complejidad, también hay que considerar la existencia
de muchas otras similitudes. Por ejemplo, la mayoría, si no todas, las leyes o
principios de la Teoría de Sistemas son válidos para sistemas complejos. En el
caso de este artículo, se exponen los siguientes Leyes/Principios que, además de ser transversales a ambas
comunidades, unas actúan como reforzadoras de las otras: La 2ª Ley de la Termodinámica, la Ley Complementaria, el Principio del Sistema Holístico, el Principio de Oscuridad y el Principio 80 - 20. Total, tenemos en este punto lo suficiente como para demostrar la necesidad legitima de prestar más atención a esta comunidad en particular y a la literatura asociada, para forjar una relación más abierta y colaborativa entre los teóricos de sistemas y de la complejidad.